¿Qué es exactamente la revisión?
La revisión no es una mera repetición del término. Es un paso crucial, que representa la etapa final de la revisión de cualquier texto fresco. Cuando se trata de traducción, la revisión es la fase final, aunque opcional, de la preparación de un documento traducido para su entrega.
¿Por qué es opcional? Lo ideal es que la revisión la realice un hablante nativo de la lengua de destino, lo que encarece considerablemente el proceso. Esta es la razón por la que algunos tipos de traducción pueden prescindir de la revisión por un hablante nativo, ya que podría no ser rentable. Tras la traducción inicial, suele tener lugar la edición y, a menudo, este examen es suficiente para eliminar la necesidad de una nueva revisión.
Sin embargo, si el traductor posee una gran experiencia en el tema en cuestión, como por ejemplo una segunda especialización en un campo específico como la medicina o el derecho, sus cualificaciones pueden ser suficientes para prescindir de una revisión adicional.
Características y ventajas de la revisión
En un caso típico de traducción, la traducción la realiza un hablante nativo: de ucraniano a ucraniano, de ruso a ruso, de inglés a inglés, etcétera. Aunque esto pueda parecer sencillo, la complejidad del idioma -con sus diversas divisiones profesionales, de edad, sociales y territoriales- implica una multitud de estilos, diseño del texto, variaciones ortográficas, vocabulario, terminología y puntuación. Esta riqueza añade capas de dificultad a la transformación del texto, haciendo de la corrección de pruebas un aspecto esencial en ciertos casos.
¿Quién es un revisor? Las competencias necesarias para una traducción de calidad
Contrariamente a la creencia popular, no cualquier hablante nativo puede corregir un texto con eficacia. Los requisitos que debe cumplir un corrector cualificado son específicos y matizados:
- Conocimiento de la lengua materna: El corrector debe ser nativo de la lengua de destino y vivir en el país de destino. Las lenguas evolucionan constantemente, y estar al día de los neologismos y coloquialismos garantiza que el texto resuene con naturalidad entre los lectores.
- Traductor profesional o filólogo: El dominio de una lengua no equivale necesariamente a la capacidad de traducir o comparar textos en distintos idiomas. Esta habilidad es una profesión aparte, que exige formación y experiencia práctica en la edición de textos.
- Conocimientos especializados: Dependiendo del texto, un corrector también puede necesitar ser especialista en un campo concreto, como el derecho, la medicina, la economía o la ingeniería.
Cada texto exigirá un corrector diferente, en función de las particularidades y el tema.
¿En qué campos se utiliza la corrección de textos?
La corrección de textos no es universalmente necesaria, pero resulta esencial en determinados ámbitos:
- Traducción artística: Las obras literarias requieren a menudo el toque del hablante nativo para garantizar traducciones naturales y culturalmente pertinentes.
- Artículos científicos: La precisión es clave en el lenguaje científico; la reputación del erudito a menudo depende de ello.
- Traducción técnica: Los entresijos de la terminología específica del sector exigen una cuidadosa corrección.
- Publicidad y páginas web: La localización es vital para adaptar los textos a grupos de usuarios específicos, conservando el contenido y la esencia del original.
Conclusión: El arte y la ciencia de la corrección
La revisión es algo más que un complemento opcional: es un arte y una ciencia que añade delicadeza al proceso de traducción. Con las cualificaciones adecuadas, un traductor y un revisor pueden ser la misma persona, añadiendo esos toques finales que transforman una buena traducción en una excelente.
En campos especializados como la literatura, la ciencia, la tecnología y el marketing, la revisión no es sólo una sugerencia, sino una necesidad. Garantiza que el texto resuene entre el público destinatario, transmitiendo no sólo el significado literal sino también las sutilezas del texto original.
Aunque la revisión no siempre es obligatoria, no hay que subestimar su valor a la hora de entregar traducciones pulidas, profesionales y culturalmente conscientes. Es la delicadeza que tiende un puente entre la mera traducción y la comunicación significativa.