Mientras traducía un libro sobre psicología empresarial, que trata de las peculiaridades de la mente masculina y femenina, pensé: ¿cuáles son las diferencias entre traductores y traductoras? ¿Y son estas diferencias fundamentales para el trabajo de traducción? ¿En quién se confía más?
Estas y otras preguntas similares implican la consideración de varios componentes: fisiológico, psicológico, histórico.
Fisiológico
Consideremos el primer punto.
Los científicos han descubierto que la estructura del cerebro de hombres y mujeres presenta ciertas diferencias. En el bello sexo, la conexión entre los hemisferios cerebrales está más desarrollada. Sin duda, en primer lugar está relacionado con el principal objetivo natural de una mujer: el nacimiento y la crianza de los hijos. Una mujer en su servicio maternal tiene que cumplir varias tareas a la vez: mantener la casa en orden, cuidar del niño y cocinar las cenas. Y para no quemarse en este ciclo, la mujer se dota de una "conciencia distributiva", cuando ambos hemisferios, responsables del pensamiento lógico y figurado, trabajan en estrecha cooperación.
Por eso las traductoras tienen un sentido más fino de las palabras y del subtexto. Son capaces de leer "entre líneas". Esta cualidad es especialmente valiosa para la traducción de ficción.
En cuanto a los traductores masculinos, los hemisferios derecho e izquierdo del sexo fuerte trabajan de un modo más "autónomo". Al fin y al cabo, los hombres son por naturaleza guerreros, defensores y extractores, por lo que no necesitan las sutilezas de la mente de una mujer.
Son más proclives a detenerse en un significado concreto de una palabra. Por eso, a los hombres les resulta más fácil la traducción técnica, con su precisión de redacción.
Psicología
En este sentido, las mujeres se caracterizan por una mayor flexibilidad comunicativa y la capacidad de sentir al interlocutor. De nuevo, este rasgo está relacionado con la naturaleza maternal femenina y ha evolucionado a lo largo de los siglos.
Mientras que los hombres son más directos, y la flexibilidad femenina no es característica de ellos.
Especialmente las cualidades comunicativas son importantes en el trabajo de intérprete, donde, además de las cualidades profesionales, es importante la comunicación indirecta y no verbal.
Historia
Históricamente, los intérpretes masculinos han prevalecido en los momentos cruciales, especialmente durante las guerras. En el siglo XX, la profesión de intérprete era una especie de servicio al sistema estatal, en el que no debía haber fallos.
Un intérprete podía averiguar información de importancia nacional, lo que acercaba su trabajo en muchos aspectos a las actividades de los servicios de inteligencia. Por eso, los intérpretes militares y gubernamentales suelen ser hombres. Al fin y al cabo, la guerra y la inteligencia "no tienen rostro de mujer".
Conviene precisar que estas observaciones sólo indican una cierta regularidad. No hay reglas sin excepciones. Y hoy en día, el criterio más importante del trabajo de un traductor es su profesionalidad. Y las características de género, en general, son secundarias.